- Lechuzón de Campo (Asio Flammeus)
- Comadreja Overa (Didelphis Albiventris)
- Escuercito Común (Odontophrynus Americanus)
Desde las primeras horas crepusculares hasta el alba, lejos de disminuir, la actividad florofaunística continúa. Si bien hay marcados cambios, las cadenas alimenticias, de reproducción y supervivencia son las mismas.
Quizás algunos detalles que durante el día son imprescindibles, en la noche carecen de importancia como por ejemplo los colores...pero sentidos como la audición, el olfato y la visión nocturna son determinantes y denotan una aguda diferencia entre comer o pasar hambre, entre la vida y la muerte.
Como ya es sabido, el fotógrafo de Naturaleza debe poseer, más allá del equipo y la indispensable pizca de suerte, una gran cuota de respeto y sobre todo muchísima paciencia y si bien en lugares boscosos o selváticos las posibilidades de capturas se elevan, en la noche la labor se torna aún más complicada y en el caso de algunas especies, es necesario un estudio focalizado y hasta un seguimiento previo.
Estas tres tomas son, para mi, sobrado ejemplo de lo anteriormente comentado; el Lechuzón posó afablemente para mi lente, observando como variaba los valores de mi cámara y recién cuando dejé de disparar alzó vuelo... a la comadreja tuve que alimentarla durante al menos dos semanas, hasta que sin perder la timidez me permitió retratarla...y a nuestro último y escurridizo amigo no fue tan difícil hallarlo como esperar que se quede quieto.
Pero la recompensa es grande, aun cuando incontables veces regreso a casa sin una sola toma decente...
Alejandro Rivera